domingo, 27 de junio de 2010

Cap. Seis


Ya teníamos la carta en nuestras manos, ahora lo que faltaba y lo más difícil era que hacer con ella. Tom me dijo que yo podía falsificar la letra de esa vieja, en eso no había problema, lo malo era que le pondríamos en esa carta. Inventar cualquier otra cosa creíble era lo que teníamos que hacer, ¿Pero qué? No se nos ocurría nada.

Bill: ¿Tom que aremos con la carta? ¿Y si mejor la quemamos y le decimos a papá que seguramente se le perdió y listo?

Tom: podría ser, pero no me convence.

Bill: ¿Y como te logro convencer? –Mordiéndome el labio-

Tom: No juegues con tu boca mira que caigo fácilmente

Bill: Eso es lo que quiero –acercándome a Tom-

Miré a Tom por unos par de segundos, a aproveche que le había puesto pestillo a la habitación, y enseguida me colgué de él y lo besé. Me tomo de la cintura y me tiro delicadamente sobre mi cama. El sentía cuando alguien estaba cerca así que no había drama porque nadie nos podía pillar. Estaba encima de mí besándome los labios y el cuello, le tome la polera y se la quite de inmediato. Había que estar calmados, nuestros poderes a veces nos podían fallar y terminaríamos hecho lobo y vampiros. Pero me daba igual, con tal de estar con Tom todo lo que pasara a mí alrededor no me importaba.

Sentí a Tom excitado más que nunca, su fuerza era más grande al pasar de los segundos, lo miré y sonrío con los colmillos saliendo al igual que los míos, no podíamos parar, nos rasguñábamos como unos gatos hambrientos del otro y nos mordíamos la boca hasta hacernos daño. Claro que ninguno de los dos nos dolía y al terminar bastaba un par de segundos para que se desaparecieran los rastros de sangres.

A mi ya se me habían puesto los ojos rojos, en este caso no era por tener ganas de beber sangre, si no por placer al estar al lado de Tom. Me preguntaba si él sentía lo mismo que yo.

Ya estaba de noche y teníamos la ventana abierta. Me quito la polera y los pantalones bruscamente como un lobo, yo claramente me deje. Al tirar la ropa sobre un mueble voto un par de adornos y sonó fuerte haciendo que mi madre se acercara a través de la puerta y preguntara que pasaba. Tom al oír la voz de Simone se puso furioso y miraba la puerta con rabia. Sentí que se podía parar en cualquier momento y tirar la puerta de lo furioso que estaba al haber tenido una interrupción así que preferí terminar.

Bill: Tom cálmate, yo voy a hablar con ella, tú ponte la polera. –lo besé-

Tom: La próxima vez te invitaré a un motel para comernos tranquilamente. -risas-

Bill: seria genial –sonreí- Mamá estamos bien no te preocupes.

Simone: ¿Y ese sonido? Hijo déjame entrar. -Golpeando la puerta-

Rápidamente Tom me trajo la ropa y me la puse, al terminar me dio unas palmaditas en el trasero y me dio el ultimo beso antes de abrirle la puerta a nuestra madre.

Simone: Pero hijos no dejen la ventana abierta, no ven que pueden aparecer esos vampiros. –Cierra la ventana de golpe-

Tom: Y hombre lobos má. –Risas-

Simone: No se rían que no es gracioso. Ya ahora explíquenme que era ese ruido. -Sentándose en la cama-

Bill: Aha nada grabe mamá, Tom, tu ya sabes má nos pusimos a tirarnos cosas eso es todo.

Simone: ¿Y que es eso? -acercándose a la carta-

Bill:La carta!* -impresionado-

Tom: Es una carta que le mandaron a Bill cuando era chico, la estábamos leyendo y lo molestaba eso es todo. Por que andas con tanta preguntas mamá. Andas rara. -Guardando la carta en sus bolsillos-

Simone: Solo los cuido, no sé que aria sin ustedes. Son mi vida, de verdad cualquier problema que tengan hasta el mas grabe me lo pueden contar, yo siempre los apoyare en todo que eso nunca se les olvide, los quiero. –se fue-

Bill: ¿Y si le contamos nuestros cochinos secretos?-serio-

Tom: Bill no juegues conmigo mira que te hago caso, le contamos todo, nos echan, y nos vamos a vivir juntos ¿Qué te parece? -Sonriendo-

Bill: Si si muy bien pensaste. -Burlándose-

Tom: Ja ja ja muy gracioso. Ya apúrate que se me olvidaba decirte que en una hora más tenemos que ir a juntarnos con esas personas que te conté. Tenemos que estar a las 12 en punto en el medio del bosque.

Bill: Pero pero porque no me dijiste antes. Me tengo que arreglar, bañarme, cambiarme de ropa, llegaremos tarde.

Tom: No hace falta estas perfecto. A de más no ahí nadie a quien impresionar. Serán unos tipos extraños como nosotros eso es todo.

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