
Estábamos ambos en la entrada del bar “Toxic” en la esquina de nuestra casa, en la que los dueños eran dos tipos muy simpáticos que habíamos conocido hace unos días atrás. Después de haber pasado un día tan mal en aquellas tiendas y que casi descubrieran lo que realmente somos, no nos aria mal tomar un poco de trago para olvidar todo lo ocurrido minutos antes. Nos sentamos en una esquina que estaba distanciada de las otras mesas, en la cual había solo una mesa con dos asientos y las paredes estaban llenas de espejos, como el bar estaba repleto de unas luces azules en el techo hacia que todo se viera de ese color y hasta nosotros nos mirábamos a los espejos haciendo gestos raros con la cara y divirtiéndonos.
Georg: ¡Hey chicos, ¿Cómo están? –Dirigiéndose a los Twins-
Tom: Bien bien gracias.
Georg: Pero díganme que les ofrezco ¿Qué quieren? –Sonriendo-
Tom: Unos de los que me encantan tanto a mí, un Vodka pero no mucho mira que este chico de mi hermano no quiere que me pase lo mismo de la otra vez. –Mirándolo-
Bill: Lo tuve que llevar a rastras a la casa por lo borracho que estaba, a mí dame unos de esos también. –Sonriendo-
Georg: Enseguida se los traigo chicos, ¡Dos Vodkas!-Dirigiéndose a Gustav-
Bill: Esta esquina es tan romántica, no me agrada estar aquí, todos los que pasan nos miran como unos bichos raros –mirando a las personas de otras mesas-
Tom: Pero algo tienen de razón, somos unos raros ¿y qué? ¿A quien le interesa? –Girando en su propia silla-
Bill: Aun ni tomas y ya estas diciendo puras estupideces y jugando Tom –risas- Iré a ver a Gustav por que se demora tanto, luego vengo –Levantándose y dirigiéndose hacia el rubio-
Tom: Bueno, te espero –Mirando a la chica de una mesa más retirada-
Bill: Ash, ¡Hey Gustav! –Apoyándose en el bar- ¿Qué tal?
Gustav: Lo siento por la demora, pero es que ya sabes la hora que es, estoy cansado, mañana la universidad y nose, me tiene jodido todo, aquí están los tragos –Dejándoselos al lado-
Bill: Si si no te preocupes gracias, y hablando sobre la universidad, mañana es mi primer día con Tom y nos gustaría que ustedes nos ayudaran a incorporarnos a ese ambiente y todo ¿Puedes? –Poniendo cara de alegría-
Gustav: Si claro no hay drama, con esa cara que pones cualquiera te diría que si -risas-
Bill: Voy a querer más de estos -apuntándoles los Vodkas y dirigiéndose a su mesa-
Gustav: esta bien, ahí me haces gestos y te lo mando –Limpiando unas copas de vidrio-
Bill: Tom toma, y no te emborraches por favor -riendo y sentándose-
Tom: Como piensas que yo aria algo así, nunca, jamás en la vida. –Tomándose todo el trago-
Bill: ¿Me decías? –Risas- ¡Hey Gustav! –Dándole una señal con la mano-
Gustav: Enseguida van dos más. Creo que tendremos dos buenos clientes si seguimos así –Golpeándole en el hombro a Georg-
Georg: Aquí están, ¡Bill! –gritando-
Bill: ¿Qué? ¿Qué pasa? –asustado-
Georg: ¡Estas pálido! Pareces vampiro –Serio-
Bill: ¿Por qué? No no, eh estás loco –nervioso-
Tom: El vampiro más sexy de todo el mundo –Empezando a tomarse su otro trago-
Bill: ¡Tom cállate! Ya te emborrachaste, y no soy un vampiro, mira si lo fuera no me reflejaría al espejo –se da media vuelta y se mira- Me veo lo más bien, así que estas equivocado. –enfadado-
Georg: Esta bien pero no te enojes, solo bromeaba, a de más lo vampiros no existe y no creo que sea una ofensa decirte así ¿o si? –Dándole una palmadita en el hombro-
Tom: ¿Cómo que no existen? Yo he visto algunos –siguiendo tomando- Pero Bill cuéntale, una vez…
Bill: ¡Tom! –asustado- Mira perdón pero Tom ya perdió el control y ya esta hablando tonteras no lo tomes en cuenta, siempre es lo mismo, se pone a tomar y empieza a contar los sueños que tiene, que ve un vampiro y ese tipo de cosas pero bueno ya me acostumbre a si que mejor me lo llevo a casa, ¿me traes la cuenta por favor? –Mirando a Tom que estaba apoyado con su cabeza en la mesa-
Georg: Si Bill no te preocupes, ¿necesitas alguna ayuda para llevarte a tu hermano?
Bill: No gracias yo me las arreglo –Levantándose-
Georg: Esta bien, voy y vengo –se dirige a Gustav-
Bill: ¡Tom despierta! –Pegándole en la cara-
Tom: **¿Te he dicho que eres sexy Bill? Que me dan ganas de follarte aquí mismo en frente de todo mundo sin importar lo que digan, quiero hacerte tira, y que tu me rompas por dentro ¿Puedes? -apoyándose en el hombro de Bill-**
Georg: La cuenta –se la deja encima- ¿Te llevo a Tom al auto mientras?
Bill: Esta bien, muchas gracias Georg, aquí están las llaves –se las entrega-
Georg: No hay problema –se lleva a Tom entre sus hombros al auto-
Bill: Aquí esta Gustav, muchas gracias, nos vemos mañana –Retirándose-
Gustav: Que te vaya bien, cuídate y cuida a tu hermano también mira que no se ve en buen estado -risas-
Bill: Si si no te preocupes, se cuidarlo, adiós -Se va-
Después de pagarle la cuenta a Gustav me fui al auto de Tom, estaba claro que nuevamente tenia que conducir yo, supongo que esto de venir al bar y tomarse unas copas demás y llevarme a Tom borracho no será la ultima vez. Tenia algo pensado hacer pero para eso necesitaba algunos de mis dones que yo tengo por ser un chico extraño.
Mientras veía como Tom dormía en el asiento del copiloto como un verdadero niño inocente, cosa que es lo que menos tiene, inocencia, me di unas vueltas en el auto recorriendo las calles oscuras y frías buscando algo que me llamara la atención, hasta que me detuve observando una pequeña cabaña con luces fosforescentes afuera de color morado, decía “Motel”. Solo quería jugar y ser un chico malo por esta noche aprovechando de que Tom estaba extremadamente borracho una vez más. No quería pasar por delante de esa señora gorda que tomaba café y tenia una caja llena de Donalds a la que había que ir a pedirle una habitación, no por vergüenza de llevarme a una inocente criatura borracha y follármelo sin su permiso, sólo quería jugar. Salí del auto lentamente dejando a Tom aun dormido en el copiloto, entré por unas de las ventanas de un pasillo sin meter ni el más mínimo ruido, habían luces románticas y al suelo lo cubría una alfombra color rojo intenso, mientras caminaba me imaginaba como podrían ser de románticas dentro de la habitaciones si ya solo en el pasillo era así. Me dirigí hacia la señora gorda tomando unas de las llaves que estaban a un costado de una pared, la vieja no se dio ni cuenta y me retiré por donde vine. Uff Dios que se sienten quejidos desde el pasillo, me mataban las ganas de poder entrar a unas de esas piezas y asustar un poco a esos tipos en plena acción, seria genial, pero no quiero que me descubran, quizás otro día si con mucho gusto lo aré. Busqué el número de la habitación de mis llaves hasta que la encontré, entré y lo recorrí de esquina a esquina para poder sacar todo lo que estuviera echo de plata, tampoco quería que Tom se hiciera daño por culpa de esas estupideces. Al tener todo listo salí por la misma ventana del pasillo por la cual había entrado, fui en busca de Tom y a estacionar el auto en algún otro lugar que no fuera en medio de la calle como estaba.