domingo, 27 de junio de 2010

Cap. Cuatro


Luego de que los demás comieran y yo me hubiera sentido como la mismísima mierda nuevamente por culpa de Tom, habíamos llegado a la casa nueva. En la carretera no le había hablado ni una sola palabra a mi hermano y no me importaba, cada vez que salíamos y él veía una chica lo bastante guapa para él, pasaba lo mismo. Estaba cansado de que siempre me faltara el respeto y yo no podía hacer nada, a menos que me vistiera de mujer y le plantara una escena de celos, pero eso no lo aria ni loco. Pero aun así lo amaba y no lo podía negar.

Llegamos a la casa, era inmensa de dos pisos, tenia cuatro habitaciones supongo que uno para mis padres uno para Tom uno de visitas y uno para mi. Baños en cada habitación y uno extra. Living, comedor, sala de estar, sala de estudios, ante jardín y un patio lleno de área verde. Era más hermosa y grande que nuestra casa anterior había que admitirlo. Quería llegar y ordenar rápidamente todas mis cosas pero no quería estar junto a Tom por un buen rato para así poder pensar mejora las cosas, a si que me fui a dar un paseo a una plaza que quedaba cerca.

Mientras caminaba veía a las personas, habían parejas, todas formadas por un hombre y una mujer y eran felices. ¿Por qué uno tiene que ser igual a todos? Yo no hacia lo mismo que las demás personas y claramente me daba igual, no estoy mal agradecido por haber nacido amando y enamorándome de mi propio hermano, lo malo era no poder compartir mi felicidad con mis propios amigos ni mucho menos con mi familia.

Ya había pasado más de una hora y yo seguía en la plaza pensando y observando a mi alrededor, me sente en un banco mientras pensaba en Tom. Sabia que él era muy diferente a mí, polos opuestos, quizás le gustaba hacerme enojar o pelear conmigo por eso siempre jugueteaba con chicas en frente mío, pero esas cosas me hacían confundirme, no se si realmente me quiere como yo a él.

De pronto sentí algo pequeño y calido al lado mío que me daba empujones en el brazo, miré y era una preciosidad de perrito pequeñito, de pelo café liso súper suave, ojos negros, me miraba con carita súper tierna, se subió arriba de mis piernas y se acomodo entre medio de mis brazos, mientras le hacia cariño miré hacia los lados buscando a sus dueños y no encontré a nadie, me fije si llevaba algún collar pero no tenia nada, me tenía que ir quizás mis padres ya se estaban empesando a preocupar porque sali sin avisar pero me ponia de pie y el perrito me miraba con tristeza, lo tomé en brazo frente a mi cara y me la empezó a lamer, me hacia gracia el perro…

Tom: quizás quiere quedarse contigo y que lo lleves a casa.

Bill: -Dándose vuelta- ¿y tú que haces aquí? ¿Cuánto tiempo llevas?

Tom: creo que desde que llego ese perrito a tu lado. Quiere quedarse contigo, no estaría mal tener una mascota y creo que a mamá le gustará -Acercándose y acariciando al perro-

Bill: Sí, puede que tengas razón -Comenzando a caminar dirección a casa-

Aun estaba molesto con Tom a si que camine con el perrito en los brazos y me fui hacia la casa. Me sentía como alguien famoso, tenia un guardaespaldas cierto que el guarda espaldas era mi hermano que me venia siguiendo todo el camino hacia casa y no se despegaba de mí hasta que llegamos.

Bill: Mamá mamá mira –contento-

Simone: Pero que cosa más tierna, ¿Dónde lo conseguiste? -acariciándolo-

Bill: Mientras estaba en la plaza apareció a mi lado y no se iba y decidí traérmelo ¿No te molesta verdad? –preocupado-

Simone: Claro que no, mira aquí compre algunas cosas, déjamelo mientras le doy un poco de leche ¿si?.

Estaba feliz con mi nueva mascota y me fui hacia mi habitación para ordenar todas mis cosas. Abrí la puerta pero encontré todo en su lugar, exactamente como tenia las cosas en nuestra casa antigua, todos mis maquillajes juntos en un mueble, mis accesorios separados por colgantes, relojes, muñequeras y anillos, mi ropa ordenada en sus cajones correspondientes, la cama lista para poder usarla, todo bien limpio y ordenado, a si que me relaje y fui donde mi mamá.

Bill: Gracias mamá por ordenarme mis cosas –feliz-

Simone: Yo no te ordene nada Bill, fue tu hermano -Ordenando la cocina-

Bill: ¿Qué? –Soprendido-

Tom: (en mente) *Bill estoy en tu pieza necesitamos hablar*

Fuí donde Tom asombrado como nunca, él jamás ordena su pieza mucho menos la mía y ahora lo hizo, la verdad es que no sabia que era lo que ocurría, quizás se dió cuenta que me falto el respeto y quería arreglarse conmigo. Abrí la puerta y tenia y Tom estaba sentado en mi cama.

Bill: ¿Qué quieres?-Serio-

Tom: *Prefiero hablar a través de la mente, no quiero que nadie escuche esto* -Indicandole que se siente junto a el en la cama-

Bill: *Estoy bien parado, dime* -Cruzando los brazos-

Tom: *Perdóname, sé que siempre hago lo mismo, que coqueteo con las chicas en frente tuyo y que te falto el respeto pero es que me encantan las reconcilaciones contigo*

Bill: *Esta vez no habrá reconcilación alguna* -Abriendo las cortinas blancas de su habitación-

Tom: *Sé que soy mal hermano y lo más horrible es que soy una mala pareja, pero sobre todo ahora tenemos que estar juntos, no quiero perder a la única persona que me hace sentirme felíz en este mundo, no quiero ir solo por la calle, necesito un guía y ese eres tú y la única persona que me ha amado en esta vida y no quiero estar lejos de ti nunca*

Estaba a punto de llorar pero no sabía que decir ni como reaccionar, tampoco que debería hacer si tirarme en sus brazos y darle un beso como nunca se lo he dado y decirle que lo perdonaba o simplemente no creerle ni una palabra e ignorarlo por completo. Pero estaba hablando desde el corazón, lo conosco bastante bien. Fui a la puerta y la cerré con pestillo e hice lo primero que me dicto mi corazón, lo abrasé como nunca, lo besé como nunca y él lo hiso con las mismas ganas que yo.

Bill: *Te perdono claro que si. Tampoco quiero estar separado de ti.* -Sentandose a su lado y besandolo desquisiadamente-

Tom: *Te amo Bill y eso que nunca se te olvide* -Volviendole a besar-

Fueron un par de minutos en los cuales solo nos besamos y nos acariciamos sin pasar a mayores.

Bill: *Pero hay algo que aun no entiendo, ¿Por qué dijiste ahora mas que nunca tenemos que estar juntos?*

Tom: *Porque hay algo que tienes que saber Bill, te contaré. Hay una persona que es igual que nosotros, es de Alemania también.*

Bill: *¿Cómo que igual? ¿Ósea extraño?*

Tom: *Más bien son dos*

Bill: *Tom habla no te entiendo nada* -Desesperado-

Tom: *Existen dos seres, un señor que se llama Strom que es igual a ti, un Vampiro y Beltram que es su primo y es un Hombre Lobo como yo.*

Bill: *Hay que matarlos ahora ya* -Levantandose de la cama-

Tom: *No Bill no es así, ellos son buenos calmate*

Bill: *¿Y como estás tan seguro de eso?*

Tom: *Aun no lo sé del todo, pero nos pidieron que nos juntáramos y que responderían a todas nuestras preguntas*

Bill: *¿Y si son malos y nos quieren asesinar?* -Sentandose junto a Tom nuevamente-

Tom: *Nunca lo averiguaremos si no nos juntamos con ellos y si fueran malos yo te protegeré, lo prometo -Lo besa- Pero ahora tenemos que hacer algo con la famosa carta, nuestra identidades están a punto de salir a flote y lo tenemos que ocultar*

Bill: *Tengo una idea, podrías estar con mamá mientras yo le ayudo a Gordon a "ordenar sus cosas" entre eso podré encontrar la carta*

Tom:*Muy inteligente mi guapito, ten cuidado que no se vaya a dar cuenta cualquier problema solo me dices y te ayudaré*

Bill: *Siempre tan valiente, que no se te olvide jamás que yo también te amo* -lo besa-

Cap. Tres


Al pasar de los segundos Tom pudo reaccionar y estaba muy nervioso al igual que yo.

Tom: Ma mamá ¿que que secreto, sobre qué? -Tartamudeando-

Simone: No lo sé. Antes de morir solo me dijo que había una carta. Una carta en la que contaba toda la verdad, algo que ella vio un día creo, yo estaba junto a ella y sus últimas palabras fueron esas – Se pone a llorar-

Tom: (En mente) *Mierda, Te dije que teníamos que haberla matado ese mismo instante, sabia que le iría a contar a alguien, no se podía quedar callada la muy perra ¿Qué aremos ahora? *

Bill: (En mente) *Por el momento tratemos de que se olvide de esa estúpida carta* Mamá ¿Tienes hambre? Por que no nos detenemos un poco Tom, y bajamos a comer algo ya es hora del almuerzo -Quitandose el cinturon de seguridad-

De inmediato encontramos un restaurante y le pedimos a nuestros padres que se adelantaran mientras nosotros estacionabamos el auto, pero vimos que nuestro papá se nos acercaba mientrás nos bajabamos del coche.

Gordon: Hijos tengo que decirle algo, pero no se vayan a enfadar conmigo es lo único que les pido. -Tocándole los hombros a sus hijos-

Bill: Dinos papá.

Gordon: Yo tengo esa carta -Mirándolo a los ojos-

Tom: Y y ¿la leíste? -Nervioso-

Hubo un silencio profundo que pareciera que nunca pasara, nosotros estábamos más que nerviosos, sabíamos que de algo tenia que haberse dado cuenta Gordon y lo más preocupante era si sabia nuestros secretos.

Bill: ¡Pero habla luego! – Alterado-

Gordon: No. A fuera de la carta en la parte superior decía que por favor no la leyera nadie que no fuera su madre, y quisimos respetar su última palabra y quiero quedarme con la conciencia tranquila.

Tom: ¿Quisimos? –Sorprendido-

Bill: ¿Quién más sabe lo de la carta?- asustado-

Gordon: Miren, primero que todo no quiero que le digan nada aun a Simone, por nada del mundo le vayan a decir que esa carta la tengo yo o se enfadará conmigo por no habersela pasado antes.

Tom: Okey no te preocupes, ¡pero habla!

Gordon: La carta la encontró un amigo mío que también es detective, le tocó investigar la muerte de la amiga de su madre, y cuando fue a ver el cadáver la encontró entre unos de sus bolsillos de su chaqueta. Ellos no están autorizados para ver que es lo que contienen las cartas, porque si los llegan a ver los superiores le van muy mal. Lo único que pueden hacer cuando sucede este tipo de casos es entregarles las pertenencias a sus familiares en caso de que no salga el destinatario ,pero como yo soy colega de él, no hubo problema en que me la entregara a mi y no a Simone.

Bill: Entonces, ¿Nadie a leído esa carta?-Un poco más calmado-

Tom: ¿La tienes aquí? ¿Qué piensas hacer?

Gordon: No nadie. Y no quiero pasársela a su madre aun, porque sabemos que esta delicada por la muerte de su amiga, entonces si se la entregamos y tiene un contenido poderoso y es secreto, es mejor que aun no sepa nada. ¿Me entienden?

Tom: Si si pero ¿Qué vas a hacer con ella?

Gordon: Bueno no sé por eso se los digo para que me ayuden, cuando lleguemos a la casa nueva pensaré que hacer. Ahora vamos donde Simone que ya debe estar preguntándose porque nos demoramos tanto -Caminando hacia el restaurantte-

De inmediato nos tranquilizamos un poco al saber que nadie había leído la carta aun y nuestra madre no la tendría en sus manos durante mucho tiempo. Pero había un nuevo problema ¿Cómo le quitamos la carta a nuestro padre sin que se de cuenta?. Nos dirigimos a la mesa en donde nos esperaba mamá y nos sentamos.

Bill: (En mente) *No puedo comer aquí, esto es asqueroso, no me gusta la comida no me gusta* -Quejandose como un nño chico-

Tom: (En mente) *Pero ya llevas días sin comer en frente de nuestros padres, tienes que hacerlo, puedes pedir solo sopa, o di que no tienes hambre.*

Bill: (En mente) *Muy fácil claro, eso lo dices tú porque igual puedes comer comida normal pero yo no, cada vez que intento saboriar ese tipo de comida me da mucho asco, es como decirle a Gordon que se coma el corazón de un perro, es algo lógicamente asqueroso y fuera de lo normal para él*

Tom: (En mente) *Hace el esfuerzo, hay que tratar de despistar lo que realmente somos. Si comes aunque sea un poquito te recompensare en la noche haciendo lo que te gusta que haga* - Jugueteando con su piercing-

Bill: (En mente) *Que quede claro que solo lo hago por ti. Me vale mierda que nuestros padres se enteren que somos unos extraño. Algún día se tendrán que enterar ¿no? Estoy cansado de andar ocultando algunas cosas. Prefiero que lea de una vez por toda esa maldita carta y se den cuenta de lo que somos realmente.*

Tom: (En mente) *¿Estas loco? Pero que te pasa si hemos guardado el secreto por más de 10 años ¿por que no lo podemos seguir guardando?*

Bill: (En mente) *Porque me canso Tom entiende.*

Tom: (En mente) *Ya basta* -enojado-

Enseguida llego la mesera a tomarnos el pedido. Le hice caso a Tom, solo pedí una sopa no tenia hambre de esta comida odiosa. Me di cuenta que cuando aquella señorita de pelo largo color negro intenso, ojos hermosos, delanteras y trasera inmensa escribía nuestros pedidos miraba a Tom con una cara de querer que la follase ahí mismo. Me enfurecí aun más al ver que Tom le seguía con el juego mirándola a los ojos y jugeteando con su piercing como me lo hacia a mí. De inmediato me pare muy molesto.

Bill: Lo siento padres pero no tengo hambre, y ciento que aquí estoy sobrando, con permiso me voy al auto. -Levantandose empujando a la mesera levemente y dirigiendose al coche-

Me dio más rabia aun que el idiota de mi hermano no se molesto en pararse y pedirme disculpas. Siguió jugueteando con esa chica de trasero gigante. Mis padres me hacian señas diciendo que volviera pero los ignoré por completo, ya había tenido bastante en el día y solo quería llegar a la nueva casa, arreglar todo y dormir por muchas horas sin que nadie me moleste.

Me subí al auto enfurecido y aun veía como esa chica le coqueteaba, Tom no podía ser más irrespetuoso, no solo conmigo sino que con mis padres, aunque ellos no se dieran cuenta de sus juegitos, claro que no sabia que su hijito Tom ya andaba con otra persona y no le podía hacerle eso frente a su pareja. No podía dar escena de celos, no podía decirles a mis padres que Tom me estaba faltando el respeto, no podía decirle que me sentía mal con cada chica que lo veo, no podía y Tom se aprovechaba de todo eso.

Cap. Dos


Simone: Hijos, ¿no nos hablaran nunca? Pero si comenzaran una vida nueva, nueva casa, nuevos amigos, nueva universidad, nuevo trabajos. Bill cariño, tendrás que trabajar como tu hermano seria mejor que trabajen juntos.

Bill: Si mamá, claro – Burlándose- (En mente) *¿Tom en que trabajabas? Nunca me has contado.*

Tom: (En mente) *No quisieras saber, créeme.*

Simone: Y también quizás ya encuentren chicas.

Tom: si mamá, me alegraste el día, puede que encuentre a alguien que me quiera de verdad.

Bill: (En mente) *Ni se te ocurra Tom, sabes de lo que seria capaz si es que me haces daño.* Mamá no seas tonta como crees que alguien va querer a Tom, ósea ninguna mujer lo querrá por como es, solo míralo, esta jodido, esta echo para estar como esta ahora, si cambia su vida cambiaria toda la de nosotros.

Simone: Bill no te pongas atrevido conmigo y no le tomes tanto peso, es normal que Tom encuentre a alguna chica, y tú también deberías buscar la tuya.

Bill: No quiero a ninguna chica, estoy bien así y no me hace falta nadie más. –enfurecido-

Tom: Ya Bill cálmate, mamá solo quiere tratar de ayudar. -Mirándolo-

Bill: Es que como quieres que me calme. Primero nos cambiamos de casa por su culpa y ahora nos quiere obligar a encontrar unas chicas. -Cruzando los brazos-

Tom: (En mente) *Bill enserio cálmate me distraes y estoy manejando ¿lo recuerdas? Esta bien que sea el mejor conductor de toda la Alemania pero con un personaje como tú de copiloto cualquiera se distrae.*

Bill: (En mente) *Entonces hacele caso a nuestra madre y búscate una chica de copiloto* –Enojado-

Tom: No quiero a una chica, te quiero a ti.

Simone: ¿Tom que dices?

Bill: (En mente) *Ash maldito desquiciado aun no aprendes a controlar tus poderes.*

Tom: (En mente) *Lo siento, yo también te quiero* – Burlándose- Madre eh eh, que yo no quiero a ninguna chica, mi única chica en esta vida eres tú. -mirándola a travez del espejo retrovisador-

Simone: Ahah hijo que lindo eres.

Bill: (En mente) *Lo sé*

Gordon: Simone, igual no te preocupes, Bill ya está bastante grande y entenderá el cambio en su vida, sé que no es fácil pero a mediado de los días se le pasara el enojo.

Bill: Sí, tienes mucha razón, como ya tenemos 20 años y somos bien maduros nosotros mismos nos podríamos devolver solos a Leipzig y vivir sin ustedes. –Enfadado-

Tom: (En mente) *Pero Bill ¿Qué te pasa? Contrólate, tu no eres así, pídele perdón a la mamá antes que caiga en depresión*

Bill: Pero no se preocupen, disculpa mamá es que estoy un poco alterado por el cambio eso es todo. – Tomándole la mano a su hermano sin que sus padres se dieran cuenta- No lo aremos, puede que sea mejor estar aquí en Magdeburgo, quizás hayan nuevas comidas humanas, digo comida de humanos obviamentes.

Gordon: Claro, bueno si no se acostumbran puede que haya la solución de volver a nuestra antigua casa.

Simone: Como se te ocurre, mientras no maten a esos fenómenos no regresaremos nunca. Que eso les quede bien claro, no descansaré hasta ver con mis propios ojos quienes son esos asesinos y que también mataron a mi mejor amiga. –Se pone a llorar-

Bill: Pero madre no llores, como dices tu, acá encontraremos nuevos amigos, a de más ella no era tan amiga tuya, era bien feita la pobre y lo único que hacia cuando iba a la casa era mirarnos con cara de que nos quería comer vivos, está bien de que seamos hermosos y perfectos pero nunca tanto como para dejarnos comer por una vieja -Bromeando-

Tom: Nos odiaba mamá.

Bill: Quizás esos extraños como lo llaman andan de nuestra parte y nos cuidan, la mataron antes de que ella nos matara –Sigue bromeando- Esa señora no me caía muy bien era muy metiche, no se le escapaba ninguna copucha.

Gordon: No hablen mal de ella en frente de su madre -Haciendolos recapacitar-

Tom: (En mente) *Fue muy buena mi idea creo que hicimos un buen trabajo desasiéndonos de ella, ¿No crees?*

Bill: (En mente) * La verdad si, pero ahora por culpa de eso tendremos llorando a nuestra madre todo los días, y no me gusta verla así, me deprimo yo mismo pensar que yo tuve que ver con ese asesinato de la mejor amiga de mi mamá.*

Tom: (En mente) * Pero esa vieja se lo buscó, para que se mete en la vida de las personas, y mucho menos en la de nosotros, podría haber sido en cualquiera, pero en la de nosotros se equivoco completamente y así quedó, atacada por extraños, bien muerta y enterrada.*

Simone: Recuerdo que un día…

Tom: (En mente) * Ya empezó con sus cuentos de siempre*

Bill: (En mente) *Dios, no seas tan pesado con ella*

Tom: (En mente) *Uhh si, me encanta cuando me dices Dios, soy el mejor lo sé.*

Bill: (En mente) * No te dije Dios a ti, aunque igual eres dios en cierta parte de tu intimidad* - Se muerde el labio-

Simone: … Antes de morir dijo que tenía un secreto que confesarme y que no me gustaría para nada ese secreto, y que me cambiaria por completo mi vida familiar…

Tom de inmediato al escuchar la palabra “secreto” se quedo paralizado y sin querer frenó rápidamente el auto. Aun así no fue para nada grabe, solo se asustaron nuestros padres y se quedaron callados por unos segundos. Mientras él me miraba y sin decir una palabra y tratando de pensar que era lo que pasaba. Qué secreto será, sabíamos que aquella señora nos había descubierto juntos una noche en el bosque de una manera no precisamente como hermanos y semidesnudos, también en ese mismo instante estábamos nosotros juntos a una victima, en unos pocos segundos ella descubrió nuestros dos mayores secretos, no podiamos dejarla convida por ningun motivo o nuestras vidas se derrumbarían por completo, nos estaba vigilando por eso la asesinamos. Pero… ¿Le habrá contado nuestros peores secretos a nuestra madre? Espero que no…

Cap. Uno


- Narra Bill

23 de Abril del 2010, 12 de la mañana, íbamos de viaje en la carretera en el coche que conducía mi hermano, Tom. Nos mudaríamos de casa a otro pueblo de Alemania. Tuvimos que dejar nuestro hogar que nos criamos desde pequeños por unos problemas que habían en esa ciudad, y salieron a la luz de nuestros padres hace poco.

Decían que en ese sitio habían unos extraños asesinos, que no era normal como dejaban a sus victimas. Pero… ¿Era extraño? Bueno, no lo sé, eso decía todo mundo.

Mis padres eran demasiados protectores, por lo tanto decidieron que nos alejáramos lo más posible de ese lugar para que no corriéramos el gran peligro que supuestamente corren las personas que siguen ahí.

Lo que no sabían, era que el mayor peligro que ellos tenían, estaban en su propio lugar y lo tendrían siempre en su casa sin saber nada… aun…

No me causaba ninguna gracia irnos de ese lugar, ni a mi hermano, ni a mi, pero no podíamos hacer nada, no había marcha atrás ni aunque quisiéramos. Tampoco podríamos dejar solos a nuestros padres en una ciudad que no conocemos y volver a nuestro inicio. Sospecharían cualquier cosa de nosotros, pensarían que por que después de casi tres años de ser mayores de edad, nos iríamos justo ahora de la casa y los dos juntos. Era mejor no cometer ningún tipo de sospechas. Tampoco eran tontos.

Al fin y al cabo cualquier padres que se preocupan de sus hijos, saldrían esquivando lo mas posible a esos extraños fenómenos que mis padres les hacia llamar vampiros y hombres lobos. No estaba del todo equivocado. Hasta yo mismo creo que lo hubiera echo, por eso no los culpaba tantos, a nosotros solo nos quedaba actuar como tal.

En parte también sacrificaron sus amigos y sus buenos trabajos que tenían. Mi madre era diseñadora de vestuario y mi padre detective del bueno. Gordon, mi padre, últimamente estaba en el caso de una familia que había sido estafada por algún familiar de ellos mismos. Con él no había problema, sabíamos que nunca le darían el puesto de investigar crímenes y asesinatos, para eso estaban sus colegas que ya nos tenían cansados por meter sus narices donde no les importaban. Y mi madre, bueno a ella no le interesaba investigar por sus propios ojos.

No éramos unos asesinos, no nos hacíamos llamar así, no éramos malos ni delincuentes y no era culpable de sentir algo especial por mi hermano gemelo y él por mí. Nos criamos así y se nos paso un poco la mano con el cariño de hermanos a ser otro tipo de cariño un poco más incestuoso.

Habían secretos, secretos y muchos secretos que teníamos guardados por el bien de nuestros padres. No queríamos hacerles sentir que no nos supieron criar y que de cierta forma tenían a unos desquiciados en su propia casa. Es verdad que ellos no nos criaron del todo, la mayor parte de nuestra infancia estábamos solos en casa, nuestros padres ya desde ese entonces trabajaban duro y no pasaban mucho tiempo con nosotros. Desde pequeño Tom y yo nos criamos mutuamente, nos enseñábamos las cosas que aprendía cada uno en el día, dejábamos la embarrada en la cocina tratando de preparar algo para comer en la cena. Yo iba diariamente a la escuela, mi madre nos iba a dejar pero yo era el único que entraba a clases. Con Tom nos poníamos de acuerdo, el iba a “trabajar” a la calle, no tengo ni la menor idea que hacia, nunca me ha explicado. El llevaba el dinero a la casa y solo lo compartíamos entre nosotros, en ropa, comida chatarra, películas, paseo de “hermanos” y no les pedíamos ni un peso a nuestros padres, ellos creían que algunas cosas nos las regalaba una vecina. Nunca sospecharon que cuando éramos menores de edad Tom trabajaba. Claro que después con el tiempo les dijo a mi madre que lo hacia pero ya teníamos 18 años.

En cuanto terminaban las clases, Tom estaba ahí esperándome a la salida de la escuela, y nos íbamos juntos a la casa que quedaba un poco retirado, a veces nos infiltrábamos en bares y pasábamos un buen rato divirtiéndonos, en total nadie nos estaría esperando en casa y nadie sabría nada de lo que hacemos. Cuando teníamos tiempo libre le trataba de explicar las cosas de la escuela, él solo iba a dar los exámenes y así nuestros padres no se daban cuentas que solo yo asistía a clases. A pesar que faltaba mucho no le iba tan mal con las notas, ¿Será por que tenia un buen profesor particular en casa? Yo creo que si.

Desde ese entonces cuando estábamos solos, desarrollamos nuestros dos mayores secretos, nos dábamos cuenta que nuestro cariño de hermanos no era igual a otros, era algo raro, no era normal, eso lo sabíamos, pero ya estaba echo y no podíamos hacer nada, no aguantaríamos estar separado del otro, de seguro que si nos separaríamos moriríamos juntos.

Luego nos dimos cuenta que dentro de nosotros nos ocurría algo extraño, cosas diferentes al otro, pero como compartíamos todo nos enseñábamos mutuamente hasta aprender a hacer lo mismo. Nos enteramos que con esto que nos sucedía no había marcha atrás y solo quedaba una opción… seguir con nuestras malditas ansiedades de asesinar y beber sangre haciendo el menor daño posible y protegiendo a las personas que nos importan.

Teníamos poderes iguales y distintos, por ejemplo, el que bebía sangre humana pero no le gustaba asesinar era yo, el que volaba era yo, el que hace el menor ruido posible con naturalidad era yo, el que podía ver a cientos de kilómetros era yo. Mi hermano era el que asesinaba por placer, él es el que siente si alguien esta cerca o si nos escucha, él es el que tiene bastante fuerza y puede quebrar cosas con tanta facilidad. Y ambos teníamos el don de comunicarnos a través de la mente, podíamos hablar entre nosotros sin que ningún mortal nos oyese.

Era verdad no podíamos morir, excepto por alguien de nuestra raza que fueran más poderosos que nosotros. Pero no había de que preocuparse, en Alemania sabíamos que lo más seguro era que los únicos inmortales fuéramos nosotros. Habían leyendas que contaban que los hombres lobos con los vampiros son enemigos, en este caso fue distinto. ¿Por qué nos eligieron? ¿No podíamos ser chicos normales? ¿Por qué los dos de diferentes razas y a la vez tan iguales? ¿Cuál es nuestra misión? ¿Moriremos algún día? ¿Nos condenaran por ser extraños? Preguntas que nos hacíamos todos los días, pero de seguro lo averiguaremos.

Lo único que sabíamos era que daríamos todo por proteger nuestra familia, y eso era lo que hacíamos. Si te cuzas y vas en mal camino entrometiéndote en nuestras cosas, puede que termines mordido por un lobo hambriento de tu carne y por un vampiro sediento de tu sangre…